El Tenerife se topa con Iglesias

No están siendo buenos días para Iglesias Villanueva. El colegiado volvió a estar en el punto de mira sólo cuatro días después de su error garrafal con el 'no-gol' de Messi en Mestalla. El árbitro gallego esta vez señaló un penalti inexplicable que acabaría siendo decisivo para la clasificación del Espanyol. Pero vayamos por partes.

Quique Sánchez Flores sabía que no sería un partido sencillo. Por eso alineó a Gerard Moreno y Jurado, dos hombres con galones de sobras para liderar al conjunto blanquiazul. El 0-0 de la ida no era para fiarse. Menos viendo los resultados que se dieron en Anoeta o en San Mamés. Pero el Tenerife dejó claro desde el principio que no habían ido a Barcelona para hacer turismo.

Sólo 9 minutos habían pasado desde el pitido inicial cuando Acosta se sacó un disparo desde fuera del área que sorprendió por completo a Diego López. El partido se le ponía cuesta arriba a los pericos, que necesitaban dos goles para dar la vuelta a la eliminatoria.

Los locales fueron haciéndose con el control del balón, hasta que en el minuto 35 llegó la jugada de la que todo el mundo habla. Álvaro Vázquez intentó el disparo desde fuera del área y el esférico impactó en la mano de Jorge Sáenz. La mano era clara, pero la sorpresa fue mayúscula cuando Iglesias Villanueva señaló el punto de penalti. Y es que el defensor del Tenerife estaba, por lo menos, un metro alejado de la frontal del área. Gerard Moreno no está para desperdiciar los regalos. Así que penalti para dentro.

En la segunda parte el Espanyol salió decidido a buscar el gol que les metiera en la siguiente ronda. Lo consiguió Granero en el minuto 56. Un zurdazo del centrocampista se coló por la escuadra de la portería de Abad. La hinchada presente en el RCDE Stadium respiraba más tranquila. Pero el Tenerife no tiró la toalla.


En los últimos minutos los de Martí buscaron el 2-2 con el que lograrían la clasificación. En un córner para los tinerfeños el Espanyol aprovechó para salir a la contra mediante Marc Navarro, que le regaló el balón a Sergio García, que no perdonó en el mano a mano. Era el minuto 91, por lo que todo hacía indicar que con el 3-1 estaba todo sentenciado. Pero Aitor Sanz tendría todavía tiempo de darle emoción con un trallazo que se coló por la escuadra. Al final, 3-2 y el Tenerife que se va de la Copa con una pregunta: ¿qué hubiera pasado si Iglesias no hubiera pitado un penalti que no era?